Se acerca el fin de semana y ya estás soñando con el viento golpeando en la cara mientras vas ajustando el cuerpo en el asiento de la moto para tomar la curva como la tienes trazada en la mente y salir acelerando a fondo. Entre más se acerca la hora de salida, se hace más difícil concentrarte en lo que debes hacer, y tu mente se escapa cada vez hacia esa ruta soñada. Llegó el anhelado día, sacas la chaqueta, los guantes, el casco, te calzas las botas y estás listo para rodar cientos de kilómetros… ¿Ya revisaste la compañera de aventuras? ¿Está en condiciones adecuadas para ir a rodar sin contratiempos?
Aquí te damos algunos consejos, que te permitirán disfrutar aún más esa rodada que tanto esperaste:
Revisa el nivel de aceite de motor: Para ello, la moto debe estar caliente y haber pasado entre 5 y 10 minutos de apagarla. Coloca la moto en el caballete o gato central, o sostenla derecha (pide ayuda a un amigo). Revisa en la mirilla de nivel o por medio de la varilla medidora que este se encuentre entre las marcas de mínimo y máximo. En caso de ser necesario, ajusta el nivel con el mismo lubricante que has venido utilizando (Nunca mezcles lubricantes de diferentes especificaciones o marcas). Revisa el nivel cada 500 kilómetros recorridos o en cada llenado de combustible;
Revisa las llantas: Revisa que la presión sea la adecuada para ambas llantas (Según el manual de propietario). Ten en cuenta si vas a ir solo o con carga (Parrillero y/o maletas) y ajusta de ser necesario. Revisa que el labrado de las llantas sea suficiente para garantizar un agarre adecuado independiente de las condiciones de la vía (mínimo 2 a 3 milímetros de espesor o según indicador de las llantas);
Revisa los frenos: Revisa el grosor de las pastas de frenos y bandas. No deberás tener menos de 2 milímetros de material de freno disponible. Para ello necesitarás una linterna que te permita ver mejor. Revisa además el nivel de líquido de frenos (Se recomienda el cambio por condición o cada 2 años máximo), tensión de guayas (si aplica) y el tacto de frenado en busca de cualquier falla;
Revisa la transmisión: Si tu motocicleta es de transmisión por cadena, revisa que la tensión sea la adecuada y la lubricación de esta. Se recomienda lavar, lubricar y tensionar la cadena cada 500 kilómetros recorridos o antes, en presencia de mucha agua o tierra;
Revisa el sistema eléctrico: Pito, luces direccionales y estacionarias, luces bajas y medias, luz trasera de parada. Evalúa que todos funcionen adecuadamente, ya que estas son las que te hacen visible frente a otros conductores;
Revisa la ruta: Traza una ruta de manera que identifiques sitios de parada para echar combustible, ajustar presión en las llantas, hidratarte… Te recomendamos parar cada dos horas para estirar las piernas, hidratarte y descansar.
Estas revisiones no te tomarán más de 10 minutos y te ahorrarán miles de dolores de cabeza. Ahora sí estás listo para rodar. Ponte el equipo de seguridad, revisa los documentos y ¡a rodar!